También veo las publicaciones de otros bloggers sobre libros que me interesan y no puedo pararme a leerlas ni a opinar sobre sus reseñas.
Ahora no tengo mucho tiempo de leer y ya ¡¡¡tengo mono!!!, tengo muchas ganas de sentarme a leer tranquilamente, de esas veces que solo tienes que preocuparte de la lectura y puedes adentrarte hasta el fondo de la historia. Tengo ganas de vivir aventuras, intrigas, historias de amor, de desdicha, ...
Se me están acumulando los libros pendientes, ya no solo los que aparecen en mi larga lista de libros que quiero leer, también los que ya tengo en formato electrónico en mi kindle y los más visibles, los de papel. Entre regalos de Navidad y autoregalos, tengo varios gritándome desde mi estantería cada vez que los miro. -¡Léeme, léeme!, - No, ¡a mi primero!, y yo tengo que girar la cabeza y contener las ganas de abandonar lo que esté haciendo y leer y leer sin preocuparme de nada más.
También he redescubierto algunos de mis libros, esos que hace años, muchos años, era incapaz de digerir, que se quedaron abandonados tras leer solo el primer capítulo. Algunas veces, con la edad, se gana, por eso me gusta tanto cumplir años, se pierde en lo físico, eso sí, pero se gana en muchas otras cosas. Ahora, a mis 35 años, he vuelto a ojear esos libros y me he quedado prendada de ellos, ahora sí es el momento de leerlos y disfrutarlos, no hace 15 o 20 años, que no me interesaban ni me molestaba en centrarme en entenderlos, he necesitado evolucionar como lectora para disfrutar de ellos, y ellos también me gritan desde la estantería -¡léeme a mi!, ¡yo llevo más tiempo esperando tu atención!, y yo vuelvo a girar mi cabeza hacia otro lado.
Por las librerías no quiero ni pasar, cuando paso ante el escaparate de una me acerco irremediablemente al cristal como un niño mirando un dulce, me encantaría entrar y llevarme varios que me muero por leer, pero no puede ser, no tengo tiempo, pasarían al montón a acumular polvo, así que no entro, me siento como un ex-alcohólico en la puerta de un bar, debatiéndome entre el quiero entrar y arrasar con todo y el no debes, no puedes con ello, sigue tu camino.
Y mientras tanto, mientras mis obligaciones me dominan, mientras cuando quiero leer en la cama caigo rendida de sueño, voy leyendo los libros obligatorios en mis clases, y que me están acercando a los clásicos, que siempre me han dado gran pereza.
He redescubierto a Shakespeare, que al igual que comentaba antes sobre la madurez a la hora de afrontar una lectura, en este caso me pasó algo igual, recuerdo a Shakespeare sin mucho cariño y cuando me enteré que tenía que leer a Hamlet no puse ninguna buena cara, pero ¡me ha gustado mucho!, he disfrutado con él, he hecho las paces con su autor.
Con Esperando a Godot, la verdad que no me ha dado ni frío ni calor, tal vez mi incultura literaria no me haya permitido disfrutar totalmente de la obra, que me ha dejado un tanto fría.
En cambio, cuando vi que unos de los libros obligatorios era La Metamorfosis de Kafka, casi me da un yuyu, tengo fobia a los insectos, un pánico horroroso y me dan un asco grandísimo, no puedo soportarlo, y cada vez que pensaba que tenía que leer ese libro se me ponían los pelos de punta. Al final lo he leído, de lo primero, para quitármelo del medio cuanto antes, con sensación nauseabunda de tan solo ver la portada, y ahora que lo he terminado, tengo que decir que me ha gustado mucho, tal vez es el que más me ha impresionado de todos, porque lo empecé a leer con un rechazo enorme y me fue encandilando sin darme cuenta hasta al final hacerme llorar con su historia, bravo y bravo por La Metamorfosis.
Ahora estoy con la Madame Bovary de Gustave Flaubert y también lo estoy disfrutando, aunque éste ya sabía desde un principio que me iba a gustar, así que no me sorprende en este caso, pero es uno de esos libros que no creo que hubiese leído por voluntad propia. Desde luego no los voy a reseñar, no seré yo quien se atreva a hacer una frívola y superficial crítica de estas obras, pero os quería contar mi experiencia por si alguien se anima con alguno de ellos.
Espero ir reseñando libros, aunque sea con cuentagotas, despacito, pero poder seguir disfrutando de la lectura.
Anna Rose Bain